POBLADORES DE ANCON
Ancón se configura como una de las pocas zonas en el área andina que ostentan una continua y compleja ocupación cultural a lo largo de todos los periodos reconocidos para el esquema cronológico de los Andes Centrales. Su historia comprende, por tanto, desde las tempranas ocupaciones Líticas hasta las complejas manifestaciones del Horizonte Tardío, sin dejar de lado su historia colonial y republicana.
1. PERIODO PRE HISPÁNICO
El balneario de Ancón se perfila como un atractivo destino turístico en el circuito comprendido entre los valles de Chillón y Chancay; no obstante, es preciso reconocer que resguarda un exquisito y extenso pasado histórico que con el discurrir de los años se ha ido develando gracias al desarrollo de investigaciones arqueológicas.
Los primeros individuos en asomarse a las lomas anconeras tenían condiciones de grupos trashumantes que, en épocas de la estación seca en la región cordillerana, se desplazaban hacia la costa para sustentarse mediante la cacería de venados y el acopio de vegetales. Con el tiempo, estos grupos terminaron por establecerse en las zonas de Ancón próximas al mar, el cual se convertiría en la fuente principal para la subsistencia. Se sabe que pescaban con anzuelos de conchas, recolectaban mariscos, cultivaban calabaza, ají y algodón, y fabricaban telas entrelazadas de algodón.
El horizonte cultural panperuano calificado como Formativo (1,800 – 200 antes de cristo) está representado por la propagación del estilo “Chavin”. En Ancón, este estilo se expresa bellamente a través de diversas manifestaciones artísticas, entre ellas la cerámica que es el elemento más importante que da carácter a esta época.
Los estilos de los subsiguientes periodos arqueológicos: Baños de Boza, Playa Grande, Lima o Nieveria, Wari, Teatino, Chancay e Inca, son abundantes y han sido rescatados de las famosas Necrópolis de Ancón, particularmente del sector denominado Miramar donde abundan los monumentos funerarios (tumbas) que forman parte de los poblados allí establecidos desde por lo menos el año 200 de nuestra Era, y que continuaron ininterrumpidamente durante toda la época prehispánica.
Durante la época Wari, la Necrópolis fue lugar de enterramiento de conspicuos personajes portadores de mascaras funerarias, y ataviados lujosamente, especialmente en lo que concierne a telas finamente decoradas.
Después del estilo Wari, el llamado estilo Chancay se hace presente, vigorosamente, a través de sus fases Blanco rojo – negro y Negro sobre blanco; constituye una forma típica la figurina de arcilla denominada cuchimilco. En la segunda mitad del siglo XV, Ancón fue incorporado al incario.
2. PERIODO DE LA ÉPOCA COLONIAL
En la colonia, la población de Ancón se vio reducida, conformando una caleta de pescadores. Sin embargo, siguió cumpliendo un rol importante como zona de tránsito entre los pueblos de la costa y sierra, dando posada a caminantes y comerciantes que utilizaban el camino real.
Antonio de Ulloa y Jorge Juan, celebres científicos españoles que acompañaban a La Condamine para marcar en Quito los hitos del meridiano o línea ecuatorial, visitan el puerto de Ancón en 1748, ellos anotan que: “En este puerto de Ancón hay una pequeña población de indios pescadores que se mantienen con el ejercicio de la pesca, por que como le falta el agua, es la tierra tan estéril que no se ve en ella más que aridez. Lo contrario se experimenta en el mar, pues tanto en el puerto como la costa es muy abundante de pescados de todas las especies y muy sabroso. Los indios se emplean en la pesca y las indias la llevan a vender a Lima…”
Durante la colonia la bahía de Ancón pierde cierta importancia frente a otros puertos vecinos como los de Callao, Chancay, Huaura y Cañete. No obstante, no dejó de aportar como zona pesquera.
3. PERIODO DE LA ÉPOCA DE LA EMANCIPACIÓN
Durante la época de la emancipación Ancón fue uno de los escenarios de lucha entre patriotas acantonados en Huacho y los realistas en el valle de Chillón. Los patriotas cubrían el camino real de Ancón para evitar el ataque de los realistas.
El 30 de octubre (1820), después de haber fondeado el callao el 29 de octubre, el Ejército Libertador del General San Martin ancla en Ancón, mientras el Callao se encuentra bloqueado. El Libertador San Martín convertiría el pequeño y calmo puerto en la base de operaciones para el asedio final a Lima. El primer encuentro bélico en Ancón se produce el 3 de noviembre cuando aparece una considerable guardia realista a la vista del puerto.
La noche del 5 de noviembre, el vigía que emplaza San Martín en lo alto de un cerro anconero retorna al campamento y encuentra una proclama del almirante ingles Lord Cochrane que anuncia, para esta misma noche “un golpe mortal al enemigo”. En efecto, al oscurecer el marino inglés parte de Ancón, llega al Callao y captura a la fragata enemiga Esmeralda, siendo herido en el combate. Habiendo perecido 25 patriotas y 56 realistas, la fragata capturada es traída a Ancón. El hecho constituye, como lo escribe San Martín a Torre Tagle, un acto no solo heroico sino decisivo: “La toma de la Fragata Esmeralda, bajo las baterías del Callao, ha decidido de tal modo la balanza marítima a mi favor, que no queda el menor obstáculo para la realización de mis planes”. En efecto, así ocurre.
Inmediatamente después de la captura de la Fragata Esmeralda, el ejército libertador con la finalidad de comunicarse con el país imprime un boletín patriótico en Ancón. Al contar San Martín con una imprenta en su campamento, el Boletín Nº 3 se edita en Ancón el 6 de noviembre, siendo su contenido principal hacer saber al ejército el pronunciamiento de Guayaquil, la llegada y la liberación de su rebelde Gobernante Pascual de Vivero más la audaz captura de la fragata de guerra “Esmeralda con dos Lanchas Cañoneras”.
San Martín ingresa finalmente a Lima y proclama la independencia el 28 de julio de 1821 y ese mismo día resuelve conceder a Ancón la categoría de puerto.
Sin embargo, grave será otro episodio: Los anconeros veían con asombro la agresiva deportación del arzobispo de Lima, Bartolomé de las Heras “embarcándose para la península en el puerto de Ancón” a las cinco de la tarde del miércoles 5 de septiembre de 1821. De este modo ancón se convirtió en asilo de españoles cautivos.
4. PERIODO DE LA ÉPOCA REPUBLICANA
A raíz del bloqueo realista del callao, Ancón cobra evidente importancia. Como ya vimos, el 28 de julio San Martín le asigna categoría de Puerto; aún así, hacia 1863 ancón continúo siendo una apacible caleta de pescadores que vivían rústicamente en casas de totora y que en época de verano algunas familias de las haciendas próximas bajaban a tomar los agradables baños de sus playas.
EL GENERAL JOSE DE SAN MARTIN
El 30 de octubre (1820), después de haber fondeado el callao el 29 de octubre, el Ejército Libertador del General San Martin ancla en Ancón, mientras el Callao se encuentra bloqueado. El Libertador San Martín convertiría el pequeño y calmo puerto en la base de operaciones para el asedio final a Lima. El primer encuentro bélico en Ancón se produce el 3 de noviembre cuando aparece una considerable guardia realista a la vista del puerto.
La caleta de Ancón comienza a surgir en 1867, cuando Modesto Basadre, ciudadano limeño, solicita privilegio para la construcción de un ferrocarril de Lima a Ancón y al valle de Huacho. Este contrato, sin embargo, fue transferido al señor Waldo Graña, uno de los directores del Banco del Perú, en marzo de 1870, el 19 del siguiente mes, fue abierto al público el servicio a Ancón, y tan pronto se constituyó el balneario de ancón.
EL PRESIDENTE JOSE BALTA
El presidente José Balta sería la personalidad que, sin duda, pondría su firma al surgimiento del Ancón actual. El 13 de febrero de 1869, el presidente Balta expidió un Decreto Supremo: “Autorizando al ingeniero Federico Blume para que estudiase el lugar y levantase el plano de la nueva población” designándose el área para el puerto, escuela, hospital, casa para la gobernación y el cementerio. Desde entonces se establece Ancón como balneario concurrido para el descanso, la recreación y el veraneo.
El pueblo de Ancón fue elevado a la categoría de distrito por el decreto del Presidente constitucional Manuel Pardo Lavalle que data el 29 de octubre de 1874.
Durante la guerra con Chile, Ancón es escenario de varios acontecimientos que trastorna la vida calma de este pueblo. El episodio bélico más significativo que se produjo en el escenario anconero ocurre el 4 de enero de 1881. Según Jorge Basadre: “El tratado de paz es llamado de Ancón, porque su redacción definitiva fue convenida en el balneario de ese nombre, quedó firmada en Lima”.
El año 1901, el congreso constituyente, por ley del 20 de septiembre, dispone que se eleven el rango de villa los pueblos de Ancón, Barranco y Miraflores.
En 1930, se termina la construcción de la carretera Lima – Ancón, hecho que trajo como consecuencia la disminución efectiva del cabotaje y consecuentemente la desaparición de la actividad portuaria de ancón.
En 1939, el presidente Oscar R. Benavides, autoriza llevar a cabo las obras de saneamiento y urbanización en los balnearios de Ancón, Chancay, la Herradura y Pucusana.
En 1940, se instala la primera red de servicio de energía eléctrica. Por entonces, el balneario contaba con importantes servicios (restaurantes, casino, hotel, etc.) transporte por medio de autobuses y ferrocarril, cine, iglesia y centros educativos.
Entre los años 1945 – 1967, Ancón se consolida como el principal balneario de lima.
EL PRESIDENTE MANUEL ODRÍA
La modernización del balneario se dio bajo la influencia del auge constructivo operado a inicios del gobierno de Manuel A. Odria (1948 – 1956), que tuvo como efecto local la ampliación de la red vial y la remodelación de la carretera Lima – Ancón, como parte del trazado definitivo de la carretera Panamericana Norte.
En las playas de Ancón veraneaban personajes de prestancia intelectual, entre los cuales se pueden contar al tradicionalista Ricardo Palma, el historiador Raúl Porras Barrenechea, el Presidente Mariano Ignacio Prado, el Presidente Bustamante y Rivero, así como el político José Gálvez entre otros.